Continuamos con la segunda y última parte. Si no has leído la primera, te recomiendo que lo hagas pinchando aquí.
Hay un punto en el que la libertad de ideas y el libre intercambio de información parece diferenciarse de la opresión y la supresión, y se encuentra en el peligro. La amenaza.
Así como no podemos medir la felicidad de la población, tampoco podemos medir la amenaza de la libertad, pero es claro que existe.
Mientras que en sociedades donde la supresión es la regla, la amenaza parece dirigirse únicamente hacia los que ostentan el poder, en sociedades liberales la amenaza podría ser dirigida, no de manera consciente, hacia los mismos propagadores.
Hay varios ejemplos de esto. Uno de los más peculiares es el asesinato de Alexandr Litvinenko, un exagente ruso quien fue intoxicado con el isótopo 210 del polonio, el cual es radiactivo. Es obvio que su asesino tenía conocimientos de física, más allá de los que se imparten en clases regulares. Quien sabe, tal vez fuese un físico realmente, o un aficionado a la ciencia, lo cierto es que existen muchos detalles sobre elementos radiactivos naturales en la red y en libros de fácil acceso.